jueves, 18 de octubre de 2007

Una pequeña escuela, una gran historia.

En nuestra tercera jornada de encuentros entre el Parque Nacional El Palmar y la Escuela Nº 67 "Las Malvinas", los chicos cumplieron con una tarea pendiente: nos contaron la historia de su "escuelita" para publicarlo en el blog y compartirla con todos ustedes.
Lo narrado a continuación es lo investigado por los "gurisitos", usando como fuente el libro de Historia Oral de Berduc y Ubajay, en los cuales se exponen relatos de vivencias de los habitantes de estas dos comunidades (muchos ex-alumnos y maestras de la escuela), cercanas al Parque Nacional.
La Escuela Nº 45 , creada en 1909, fue trasladada desde Rincón del Nogoyá, Provincia de Entre Ríos en 1925, a pedido de varios colonos que querían educación para sus hijos en el lugar, ya que concurrían a una escuela alejada.
Comienza a funcionar en un galpón de barro y techo de paja que pertenecía a una familia vecina, concurrían 60 alumnos aproximadamente y su primer maestro fue Don Zaballa, y después Don Juan Fernández; para ese entonces las Escuelas Nacionales, tenían tres grados, 1º inferior, 1º y 2º, con un único maestro.
Un tiempo despues se forma una comisión "Pro-construcción del edificio escolar", se envió a la Provincia la solicitud de construccion del edificio y se recibió la donación de $ 1000. Los ladrillos para escuela se fabricaron cerca de una laguna en un campo vecino y la construcción llevó varios meses, terminada ésta llegan del Consejo de Educación los bancos que eran muy pesados y de madera.
Con el paso del tiempo, y la constante ayuda de vecinos y maestros se termina el edificio, para ese entonces seguía siendo nacional; eran los años '60 y los alumnos y los maestros llegaban a pie, a caballo o en sulki.
Recuerdan los ex- alumnos con mucha alegría el haber plantado árboles que aún hoy siguen en pie, el ir caminando con las zapatillas en la mano y ponérselas recién al llegar, porque era un lujo y había que cuidarlas; los útiles, tan sólo un cuaderno, un lápiz negro y una pluma para tinta, la cual preparaban a base de un polvo agregándole agua; el guardapolvo para todos, el pantalón corto para los varones y las polleras para las mujeres; los festivales de fin de año y la conmemoración de las fechas patrias.
Hoy, algunas cosas cambiaron, se amplió el edificio, hay más grados, pasaron muchos maestros y aún más alumnos, los chicos plantaron nuevos árboles que serán testigos del paso del tiempo; pero la esencia no cambió, maestras con vocación y muchas ganas de enseñar y alumnos de caritas felices con ganas de aprender para juntos formar parte algún día de la historia de esta gran "escuelita".

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